Heridas de guerra
30 abril, 2019 |

Valientes soldados
no lamentemos la guerra
hagamos las paces.
Solo ha ganado el que entendió algo
el que cambia algo
No seguiremos desinfectando la compra pero sí los pensamientos,
esos que hicieron estallar el mundo.

Le echamos la culpa al 2020 como si los números tuvieran algo que ver…
Es de cobardes mirar hacia fuera cuando lo único que nos salvará es mirar hacia dentro.
Cambiemos.
Por favor cambiemos.

La cadena se rompe en el eslabón más débil.
Ahora que la prisa se ha esfumado,
que el tren no sale a ninguna parte,
que los aviones no vuelan,
que se ha congelado nuestra agenda y nuestros planes.
Detengámonos.

En las guerras lo que más vale es un beso y hasta eso nos prohibieron.
Escribir también es mirar hacia dentro
y he visto mis letras aguarse estos días más que en años de duelos.
¿En serio hay gente aún que no se entera del cuento?
Algunos le llaman virus, otros fantasma,
para mí es un monstruo invisible que nos robó la libertad,
un tiempo para darnos una bofetada de las buenas,
a ver si te enteras humano de que no eres Dios.

Es más fácil echar culpas a otros,
Pero esto es tan desconcertante que no sabemos ni a quien golpear.
¡Ahí está! ¡Acertaste! La culpa no es de nadie y es de todos.
Hagamos algo, por favor cambiemos.
Cuando termine la guerra al fin ¿quién queremos ser?

Y nos quedamos mudos,
como un cine con las butacas vacías,
como un cumpleaños sin invitados.
Nos robaron las respuestas a nuestros hijos.
¿Qué le digo? Me dije demasiadas veces.
Me cansé de esta pregunta.
De llorar.
De desinfectar.
De rezar.
De repente me duermo, agotada y sueño como antes,
el monstruo no existe,
no hay toque de queda,
y me quedo quieta observando la vida que no es más que un suspiro.
Me pierdo y me encuentro en la misma almohada.
Ahora sí he despertado, maldita realidad, ¿aún no te has ido monstruo?
ya entendí todo déjanos en paz.
Perdónanos por enfurecerte,
no volveremos a hacerlo

Oigo la queja en mi ventana, y en mi pecho
este tango no lo bailo, lo siento.
Se me han mojado las manos de vacío y de miedo.
Y de un soplo se esfumó la primavera,
y aquí solo hay invierno.

¿Quién iba a decirnos que con cada entrada a un zoológico
estaríamos pagando nuestro propio encierro?

¿Qué ha sido esto? ¿Un error? ¿Una broma de mal gusto?
¿Un simulacro? ¿Una extorsión? ¿Un robo?
¡Que Va! Es un aviso, de los grandes.
Todo lo que no entendemos por las buenas se te planta por las malas.

Perdón, estaba tan apurada que no había escuchado.
No pensé que fuera tan importante.
Excusas hay miles, y todos nos creemos buenos,
¿de qué bando queremos estar?
La ceguera enmudece.

Eso si 2020, escucha la que te ha caído…
Devuélvenos los días de parque y risas,
cada vida que te llevaste,
cada familia rota,
la primavera.

¿Vomitaremos rabia?
Pobre 2021 todo lo que le pediremos,
Sanemos, vomitemos amor, besemos fuerte,
que es como se curan las heridas de guerra.

¡Te doy la bienvenida!

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